¿Te apetecería dormir en un faro? ¿No te parece un plan de los más romántico? Vente conmigo a LLafranc y te cuento su mayor secreto: El Far de San Sebastià.

LLafranc es un pequeño pueblo de la Costa Brava (Girona).

Un pueblecito con encanto, de casitas blancas, familiar, tranquilo, con una playa pequeñita, y rodeado de preciosas calas de agua cristalina.

Pasar unos días en Llafranc es perfecto no sólo para desconectar del mundo, sino también, porque puede ser un perfecto campamento base para moverse por la zona y visitar otros lugares emblemáticos de la Costa Brava que quedan muy cerquita de Llafranc, como: Calella de Palafrugell, Begur, el Baix Ampurdà con sus pueblos con encanto como Pals, Monells o Peratallada.

Hoteles pequeños, restaurantes fabulosos… ¿Te he convencido?

Para rematar la propuesta, tienes que saber que uno de sus encantos es el faro que tiene: El Far de San Sebastià (El Faro de San Sebastián).

Se halla enclavado arriba de una colina, imponente y con unas vistas fabulosas al Cap de San Sebastià y al pueblo de Llafranc.

La visita a sus alrededores es gratuita y sólo tienes que seguir las indicaciones y subir por la serpenteante carretera que te lleva al Faro. Y disfrutar de sus vistas ….

HOTEL EL FAR

Las dependencias del faro, han sido convertidas en un hotel, catalogado entre los «hoteles con encanto», y es que ésta denominación no le falta razón.

Es un hotel encantador, pequeñito, coqueto y muy integrado en sus alrededores.

Sus habitaciones son bonitas y confortables, y algunas de ellas con vistas al mar.

Sus desayunos con esa cálida luz mañanera de verano, hace que no quieras marcharte jamás.

Al igual que comer o cenar en el propio Hotel, una buena opción con una carta llena de productos de la zona.

En definitiva, un ambiente cálido, relajante. Una opción perfecta para una escapada romántica.

RESTAURANTE FAR NOMO

Una de las dependencias del faro que estaba inservible, o al menos cerrada al público, ha sido habilitada como restaurante, y regentado por el conocido «Grupo NOMO» de Barcelona.

La verdad que se ha convertido en un sitio de postureo, donde ver y dejarse ver, pero eso no le quita ni un ápice de encanto ni calidad.

Tiene una parte interior, pero lo mejor en su jardín o terraza con vistas al mar.

Ideal para comer, donde disfrutarás mejor de las vistas, o también para cenar, donde encontrarás un buen ambiente y una barra exterior para copas y cocktails.

Una carta amplia, de comida asiática, con fusión mediterránea en algunos platos con productos de la zona.

Elegir lo que vas a comer, se hace realmente difícil, porque todo es muy apetecible.

Nosotros nos decantamos por algunos de sus platos más emblemáticos:

Tempura de verduras con huevo frito y foie del Empordà. Sin palabras … No sabes si comerlo por separado, picando la verdura, y del huevo o del foie, o mezclarlo todo… Yo mitad y mitad… con esa salsita dulce… mmmm

Sashimi de atún toro y de atún rojo.

Uramaki de langostino rebozado en panko con pez mantequilla ahumado y cebolla caramelizada.

Uramaki de tempura de aguacate, ventresca de atún, cebolla caramelizada, salsa de trufa y yema de huevo

Carabinero Yakisoba un espectáculo, de sabor, la textura de los fideos y su preparación en mesa. (os dejo su preparación en historias destacadas de la Costa Brava para que puedas verlo) Imprescindible.