Me llamo Silvia y mi mayor pasión es viajar. Bueno viajar y comer. Sí, y también fotografiarlo todo.

Si me pongo a recordar cuando descubrí mi pasión por VIAJAR, tengo que poner el punto de partida en mi estancia de Erasmus en el Norte de Italia. Sí, es allí, donde al tener que convivir con gente de toda Europa, conocer nuevas culturas, nuevas costumbres y diferentes formas de pensar, de repente se abrió un gran  horizonte frente a mí.

Después tuve que renunciar a viajar porque mis oposiciones me lo impidieron, pero lo primero que hice al aprobarlas, es irme de “Interrail” por media Europa, con mi compañera Sonia y una mochila. Fue una experiencia increíble, y me sirvió para reafirmarme en que me encantaba viajar.

Ya entonces, considerábamos que no éramos «las típicas mochileras de Interrail», porque en vez de adelgazar como hacían todos, nosotras habíamos pillado unos cuantos kilos de más. ¡Pero es que no podíamos evitar probar todas y cada una de las comidas típicas de cada país que visitábamos! Y las latas de atún se quedaron en la mochila…

A partir de entonces no dejé de viajar siempre que podía, y con Toni, he encontrado a mi perfecto Willy Fog. Así que siempre que puedo, lo acompaño en su trabajo donde sea, cualquier destino me va bien para recargar pilas.

Los que os identifiquéis conmigo, seguro que os cuesta describir esa sensación que se tiene en los momentos de espera en el aeropuerto, esas cosquillas en el estómago cuando piensas en tu próximo destino, en como olerá, en como sabrá y qué experiencias te esperan por vivir. Una sensación adorable …

Y es que no concibo viajar sin tener en cuenta su GASTRONOMÍA local. La verdad, me cuesta entender cómo se puede visitar un país, y acabar en el típico sitio de bocadillos, pizza o cadenas americanas, cuando el mundo nos ofrece sabores maravillosos.

Mi pasión por la gastronomía se la debo a mi padre. Él nos inculcó a mi hermana Marta y a mí, el amor por la cocina, en la pasión que debe ponerse en cada plato, recalcando que siempre debe cocinarse con amor para que las cosas salgan bien.

Me encanta cocinar, y es como verdaderamente consigo relajarme. Me chifla sobre todo, probar platos nuevos, repetirlos hasta que salgan bien, y olvidarme de ellos cuando alguno se me resiste. 

Me gusta comer sano, y procuro estar al día en la nuevas tendencias de los súper-alimentos. De esto, también tienen la culpa mis padres, por transmitirnos su concepción de la cocina sana, como cocinar en cazuela de barro para evitar poner tanto aceite o incluir verduras en todas las comidas. Recuerdo que ya de muy pequeña, mi madre nos hacía a mi hermana y a mí un montón de batidos mezclando varias frutas en la licuadora. Mira por donde que ahora les llaman “smoothies”. También compartiré con vosotros todo lo que vaya aprendiendo.

Y por último la FOTOGRAFÍA. Quien me conoce sabe lo pesada que soy con las fotos, siempre lo he fotografiado todo, todo y todo. Es como querer capturar para siempre cada instante. Pienso que si no hago esa foto, mi memoria lo olvidará.

Las nuevas tecnologías nos lo han puesto a todos mucho más fácil para pasarnos las fotos entre los amigos. Recuerdo como hace años, siempre andaba persiguiendo a las amigas, para que me dieran los negativos y poder hacer copias. ¡Qué pesada!

Aunque voy a clases de fotografía desde hace años, siempre repito el curso de “principiantes”, para desespero de mi profe Tati.

De manera que para mí, la fotografía, la gastronomía y el viajar, forman una unión inseparable. Mis experiencias, y el resultado de la mezcla de todos estos ingredientes , es lo que quiero transmitiros con este blog.